Un proyecto escolar deriva en que Harry Potter descubre que es descendiente de uno de los infames príncipes de la torre y su nueva familia es justamente la más poderosa de toda Gran Bretaña. No solo eso, sino que alguien de palacio descubre algo más por lo que Harry es especial y Harry es considerado el pequeño milagro de la corona. ¿Que sucederá cuando Harry regrese al mundo de sus padres, no solo como el Niño Que Vivió sino como uno de los jóvenes príncipes con derecho a la corona?
**Los personajes son propiedad y autoría de JK Rowling.
Harry Potter era un niño común y corriente hasta donde cualquier persona podía ver, que vivía con sus tíos, los Dursley y su primo Dudley.
Una persona que en verdad viera a Harry, notaría que no había nada común en aquel niño. Desde su ropa usada y vieja varias tallas más grandes, hasta sus heridas en codos y rodillas que podía verse habían estado infectadas en algún punto y estaban llenas de costras ahora. Sumado a esta extraña apariencia, también estaba la evidente desnutrición y los lentes pegados con cinta adhesiva, así como una fragilidad aparente en aquel pequeño cuerpo de apenas seis años cumplidos en el verano.
No era culpa de las personas en sí. Harry era muy pequeño para entender que la gente adulta siempre va con prisa y no presta atención a las pequeñas cosas a su alrededor. Cosas como el césped recién cortado, las hermosas rosas de la casa al lado de la escuela o que la maestra se había puesto unos zapatos nuevos. Ese tipo de detalles eran invisibles para la mayoría de los adultos.
Sumado a la ceguera colectiva de la gente, también estaban los chismes maliciosos regados por los Dursley acerca del "horrible" comportamiento de Harry y las amenazas de su primo Dudley a cualquier niño que intentara acercarse a Harry. Los pequeños humanos ponderaban su supervivencia sobre la de otros, así que Harry no los culpaba. Si el pudiera alejarse de sí mismo, también lo haría.
Como fuera, Harry podía resumirse así: pequeño, escuálido, extraño y casi invisible.
Sin embargo, hay leyes en el universo que guían cada acto de la naturaleza y muchas veces el destino, y para Harry Potter, una de esas leyes estaba por entrar en vigor para él. Muchas veces se dice que un aleteo de una mariposa puede provocar un tifón, pero pocos hablan de la mano del destino en aquel aleteo. Harry estaba por probar un poco de aquella mano.
Como todos los niños, Harry Potter quería saber de dónde venía. Contrario a Dudley cuyos padres lo amaban y procuraban, Harry apenas tuvo el "privilegio" de saber su nombre cuando entro a la escuela primaria el año pasado y sus padres, según sus tíos, eran borrachos, vagos y se mataron en un accidente automovilístico, dejándolos con él como una carga indeseada pero por la "bondad de sus corazones", lo dejaron quedarse, siempre y cuando fuera útil en la casa.
Eso se traducía en que luego de hacer su tarea, Harry tenía que hacer varias labores del hogar y además, tampoco le dejaban hacer su tarea mejor que Dudley. Su maestra pensaba que era triste que ambos niños, él y su primo, tuvieran tantas dificultades para aprender. Harry se moría por decirle que lo obligaban, pero sabía que si abría la boca, era seguro que habría una golpiza en su futuro y varios días sin comer. A pesar de lo triste que era su vida, apreciaba seguir vivo.
Su maestra estaba este día explicándole a la clase sobre un proyecto gubernamental que se llamaba "¿De dónde provenimos?". La idea era hacer una base de datos (que la maestra explico que era como una enorme biblioteca pero con los datos de cada persona en el Reino Unido) y mostrarle a los niños como se relacionaban las familias y que ancestros comunes compartían.
A Harry le fascino la idea y estaba entusiasmado, ya que era posible que tuviera algún pariente perdido. Quizás su padre podría tener algún primo del que no sabía, aunque fuera uno muy lejano. Si averiguaba el nombre, podría decirle a su maestra que le escribiera una carta y ponerse en contacto con él o ella.
Harry mantuvo bajas sus expectativas pero esa pequeña chispa de esperanza se encendió y se negó a morir.