La discusión entre abuelo y nieta siguió unos segundos más, hasta que la abuela carraspeó fuerte y todos callaron de inmediato.
—Haruki Kiryuu —dijo mi nombre con una solemnidad que me dio escalofríos—. El mundo de Uke Mochi no se revela por casualidad. Si estás aquí, es porque algo dentro de ti respondió a su llamado.
—¿Dentro de mí…?
—El alma reconoce lo que la mente niega —añadió, y luego señaló hacia la pared que yo mismo había destruido—. Has abierto una entrada. Aunque, bueno… de forma poco ortodoxa.
—¡Otra vez con eso! ¡Ya dije que fue un accidente!
—Las verdaderas puertas nunca se abren por accidente —respondió, con una sonrisa críptica.
"¿E-es que todos aquí hablan como personajes de un RPG antiguo?"
El abuelo tomó una caja polvorienta del rincón y la puso sobre la mesa.
—Antes de que pienses que estamos locos… —dijo mientras la abría—. Mira esto.
Dentro había algo que parecía una brújula, pero en lugar de marcar el norte, la aguja giraba erráticamente, y cuando me acerqué, se detuvo. Señalándome a mí.
—¿Qué es eso…?
—La brújula de Uke Mochi. Solo se detiene cuando está cerca de un 'Heredero de Encanto Primaveral '. Y no me mires así, no lo inventamos nosotros. Esa cosa ha estado en esta familia desde hace generaciones.
—¿Heredero…?
—Sí —dijo la abuela, con voz más suave—. El último fue tu abuelo.
Sentí un vacío en el estómago.
—¿Mi Ojii-san…?
[Ojii-san (おじいさん): manera formal de llamar a un abuelo o señor mayor, con respeto.]
—Él también fue elegido por Uke Mochi. Pero abandonó el llamado. Cerró el pasadizo… y desapareció.
—¿D-desapareció? ¡Pero si él… murió hace poco!?
—Murió en este mundo, quizás —murmuró el abuelo con un brillo extraño en los ojos—. Pero nadie muere del todo cuando ha puesto un pie en Uke Mochi.
"¿Qué demonios está pasando…?"
Mi mente giraba a mil por hora, tratando de entender qué era real y qué parte era una elaborada broma rural.
—¿Entonces… qué esperan que haga? —pregunté al fin, con voz temblorosa.
—Solo tú puedes decidirlo —respondió la abuela—. Pero si cruzas el Umbral… ya no habrá vuelta atrás.
—¿El Umbral…?
Ella señaló hacia el fondo de la casa, donde un antiguo cobertizo de madera esperaba entre las sombras.
—Entra ahí mañana, al amanecer. Si el sendero aparece… será tu destino.
"¿Y si no aparece …?"
Pero no hice la pregunta. Porque ya sabía la respuesta.
—Hasta entonces, puedes dormir en el futón de Ailany. —dijo el abuelo sin mirarme.
—¿¡Eh!? ¡Espera, espera, ¿qué dijiste!? —saltamos los dos al mismo tiempo, como en una escena de anime.
—Es broma, es broma —dijo con una carcajada y se fue caminando con el bastón en alto—. Dormirá en el cuarto de almacenaje, obvio. No soy tan moderno.
"Me va a matar esté lugar …"
Suspiré y me dejé caer en el suelo de madera, aún procesando todo.
Pero entre el olor a tierra, los ecos de conversaciones absurdas y el brillo del ave mágica que seguía observándome desde una viga…
…sentí algo que no había sentido en años.
Expectativa.
Como si mi historia… apenas estuviera comenzando.