El Cairo — Medianoche
El silencio pesado inundaba la habitación. Joseph Joestar miraba a Lisa Lisa sin poder creerlo todavía, incrédulo ante la imagen que tenía frente a él: la mujer a la que había visto por última vez hace cincuenta años, igual de joven, sin cambios.
—Lisa Lisa… realmente eres tú…— balbuceó Joseph, con la voz teñida de sorpresa y nostalgia—. Pero, ¿cómo… cómo es posible?
Lisa Lisa, aún afectada por lo que Leo le había explicado previamente sobre el salto temporal, observaba con igual sorpresa al hombre envejecido que tenía delante. El joven Joseph que ella había conocido en Suiza era ahora un anciano.
—Joseph, esto… esto es real, ¿verdad? Leo me dijo que estamos en el futuro, pero verte así… tan envejecido… lo hace demasiado evidente.
Joseph suspiró profundamente, asintiendo con una triste sonrisa.
—Han pasado cincuenta años desde la batalla con Kars, Lisa Lisa. Para mí, al menos. Ahora estamos enfrentando algo más peligroso aún. Un enemigo llamado DIO. No es como nada que hayamos visto antes…
Lisa Lisa frunció el ceño con inquietud.
—¿Qué lo hace tan peligroso? ¿No puedo simplemente usar mi Hamon como lo hicimos antes?
Joseph negó con seriedad.
—El Hamon no es suficiente contra DIO. Aquí usamos algo llamado «Stands». Son manifestaciones espirituales de nuestra fuerza interior. DIO tiene que aparentemente puede detener el tiempo.
Lisa Lisa escuchó atentamente, aún confundida pero tratando de entender.
—Entonces… necesitaré uno también.
Leo, quien había permanecido en silencio absoluto hasta ahora, intervino con su típica frialdad:
—Exacto. Un Stand es absolutamente necesario si quieres sobrevivir. Tu Hamon es inútil frente a DIO.
Lisa Lisa lo miró con firmeza.
—¿Y cómo obtengo uno?
Jotaro, con los brazos cruzados, habló con brusquedad:
—No es algo que simplemente consigas. Naces con él o se despierta bajo condiciones especiales.
Leo lo interrumpió tajante:
—Yo puedo dárselo. Temporalmente tengo acceso al poder de otro Stand llamado «Black Sabbath», capaz de despertar o matar según la voluntad del usuario.
Joseph reaccionó alarmado al instante:
—¿Matar? Espera, ¡eso suena demasiado peligroso! ¡No permitiré que hagas algo así con ella!
Leo ignoró completamente sus objeciones.
—No vine aquí a negociar o pedir permiso. Necesitamos fuerza, no dudas.
Lisa Lisa se acercó decididamente, mirando a Leo a los ojos con serenidad pero firmeza:
—Aceptaré el riesgo. Si necesito un Stand, estoy dispuesta.
Joseph dio un paso hacia ella, inquieto.
—¡Lisa Lisa, espera, no tienes que hacer esto!
Leo observó la escena con fría indiferencia. No iba a perder más tiempo.
—No hay necesidad de seguir discutiendo.
Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, Leo extendió rápidamente su brazo. Desde su mano emergió abruptamente una sombra negra, una manifestación incompleta del Stand «Black Sabbath» sacado de sus archivos incompletos de la parte 5, como el conocimeinto sobre este personaje no era tan profundo podria manifestar entre 30-40% de su poder haciendo este acto el doble de peligoroso. Sin ningún aviso ni consideración, apuñaló profundamente a Lisa Lisa con la flecha que poseia esa sombra negra.
Lisa Lisa soltó un grito de dolor y sorpresa, cayendo al suelo sobre una rodilla. Joseph, completamente desesperado, avanzó furioso hacia Leo:
—¡Maldito! ¡¿Qué hiciste?!
Jotaro se interpuso, sujetando con fuerza a Joseph.
—¡Espera! ¡Si la interrumpes ahora podría ser peor!
Joseph, impotente, retrocedió frustrado.
Lisa Lisa sentía cómo la oscuridad invadía cada rincón de su mente y alma. Luchaba internamente contra la amenaza de la muerte, una batalla que exigía toda su fuerza y convicción. Todo su cuerpo se tensó, cada músculo ardiendo con la lucha.
Los segundos pasaron lentamente, agónicos. Finalmente, con un grito decidido, la oscuridad retrocedió violentamente, y una brillante silueta emergió desde su cuerpo.
Detrás de ella se alzó una mujer translúcida hecha completamente de cristal brillante, rodeada por decenas de finos hilos plateados que flotaban suavemente en el aire. Lisa Lisa respiraba pesadamente, mirando asombrada a su nuevo compañero espiritual.
Leo observó la escena impasible.
—Tu voluntad resultó suficiente. Ahora tienes tu Stand.
Lisa Lisa, recuperando lentamente su compostura, preguntó con voz aún débil:
—¿Tiene un nombre?
Leo apenas mostró interés.
—Eso depende enteramente de ti.
Lisa Lisa lo contempló durante unos segundos y finalmente decidió, firme:
—Lo llamaré «Silver Threads».
Joseph avanzó hacia Leo con los puños cerrados, su ira contenida apenas por el impacto de lo que acababa de ocurrir.
—Eres un desgraciado. Podrías haberla matado.
Leo lo miró con fría indiferencia, su voz sin emoción alguna:
—Podría haber muerto ahora o más tarde enfrentándose a DIO. Hice lo que era necesario. La decisión no era tuya ni mía; era del destino.
Jotaro intervino con dureza:
—Tu forma de hacer las cosas no me gusta en absoluto. No te confundas, solo te aceptamos aquí por necesidad.
Leo asintió lentamente, sin afectarse.
—Es exactamente lo que esperaba.
Joseph suspiró profundamente, mirando a Lisa Lisa con preocupación genuina.
—¿Estás bien?
Lisa Lisa se puso lentamente en pie, recuperando su calma y serenidad habitual.
—Estoy bien, Joseph. No estoy aquí por casualidad. Si hay que luchar contra un enemigo tan peligroso, entonces voy a pelear. Ahora más que nunca.
Leo caminó hacia la terraza, dejando atrás la tensión del grupo. En su mente, el sistema resonó claramente:
[Nueva misión principal: Absorber a DIO]
[Condiciones para la evolución del Stand establecidas. Forma Humanoide inicial desbloqueable tras la absorción.]
[Influencia narrativa actual: 75%]
Leo miró al cielo nocturno, indiferente ante la hostilidad que había generado. Para él, era irrelevante.
La batalla definitiva contra DIO estaba cerca.